jueves, 24 de enero de 2013

Una Sonrisa Triste, a Natalia.

Una vez oí que la sonrisa es el reflejo del alma. En un primer momento me sonó bonito y todo. Hoy, la verdad, me parece una de esas frases sin sentido. Aunque reflexionando bien, le encontré ese "algo" de sentido. La expresión de una sonrisa cambia cuando también lo hace tu alma. No es igual la sonrisa que se dibuja en un rostro cuando se está por ejemplo, enamorado/a, o cuando recibes una sorprendente y buena noticia. O simplemente cuando estás triste, o preocupado/a, la sonrisa también es distinta; las expresiones, auque se intente simular, son más tensas. Y precisamente, fue esa la sonrisa que encontré en tu cara esa mañana.
Una de las sonrisas más bonitas y contagiosas que he conocido, estaba apagada, con unos ojos apenados, que se resistían a encerranse en su aflicción. Nunca te lo he dicho, pero adoro tu risa, porque ilumina. Tu alegría me recuerda lo bien que está encontrar a personitas como tú. Que te hacen reír, y conceden unos segundos de felicidad, pese a que no todo esté bien.
Sabes, querida amiga, en el fondo no está mal. Porque, ¿Te imaginas que todos siempre fueran muy felices, y mostraran una gran sonrisa por sentirse bien? Si eso pasara, significaría que no existirían los sentimientos, ni las emociones; y eso haría que vivir fue una mar de aburrimiento. Qué sería de la vida, o del descubrimiento con nuevas experiencias, si no fuera también por las sonrisas tristes, esas que tanto duelen, amargan, desgarran... pero a la vez nos hace tan fuertes.
Así que, siempre se saca algo bueno de lo malo.
A Natalia, la chica de la Sonrisa más bonita y contagiosa.

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