En este pequeño espacio, quiero decirte lo grande que eres en mi vida; agradecerte por darme la vida, por desearme desde el primer momento que te anunciaron la noticia, pese a lo jóven que eras.
Gracias mamá, por darme de tu pecho el primer hilo de vida, por el primer calor de tus labios... Gracias por ser valiente y volar un mundo desconocido, para poder descubrirme un futuro mejor. Por enseñarme la importancia de la familia y transmitirme unos valores tan bonitos, que solo de un corazón como el tuyo pudieran brotar.
Gracias por tu paciencia y comprensión diaria. Por sostenerme siempre que quiero caer, por hacer lo imposible para que estuviera siempre arriba.
Gracias por amarme cada día, aún siendo a tu manera... por ser la persona que eres; por hacer de mí la mujer que soy y en la que me convertiré.
Por no tirar la toalla conmigo incluso en los arrebatos de rebeldía.
Gracias por darme y no permitirme, por tus abrazos sinceros y tiernos, los que una madre puede ofrecer. También por traer al mundo a esas dos personitas que quiero sin condición.
Gracias por existir.
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